La versión propuesta por la delegada del Gobierno sobre la batalla entre los ultras de Racing y Málaga, no concuerda con lo que declara uno de los principales testigos de la misma.
Una de las cosas más llamativas en relación a esa lucha entre secciones radicales de ambas aficiones, es la discrepancia que existe entre las versiones de las diferentes partes: la delegación del Gobierno por un lado, y el responsable de los establecimientos afectados por la pelea por otro.
“Los daños materiales del local ascienden a una cifra cercana a los 11 mil euros»
Jesús García-Bermejo, locutor en Arco FM

“La versión del responsable de los locales afectados (copropietario de ambos) no tiene nada que ver con lo que se cuenta desde la delegación del Gobierno. La delegada del Gobierno afirma que los aficionados del Málaga estaban desayunando tranquilamente y fueron los hinchas del Racing los que llegaron lanzándoles cosas y agrediéndoles. Mientras que la versión del gerente narra que no había nadie desayunando, algunos tomaron refrescos o cervezas y utilizaron el baño, pero nada más. Para él, la cita estaba fijada entre ambos grupos”, informa Jesús García-Bermejo, locutor en Arco FM.
“Los daños materiales del local ascienden a una cifra cercana a los 11 mil euros, sin contar con el hecho de no haber podido trabajar en toda esa jornada del sábado que era la primera soleada y calurosa después de varios días marcados por la lluvia”, añade.
Estos hechos se remontan al pasado sábado 1 de octubre tuvo lugar una batalla campal en Santander. Ese día se enfrentaban Racing y Málaga, equipos de LaLiga Smartbank, pero sus aficiones se encontraron horas antes del partido y terminaron pegándose. La pelea concluyó al poco de haber empezado, ya que la policía llegó al lugar en escasos minutos y su presencia fue suficiente para espantar a los vándalos de uno y otro equipo.
Pese a no ser un encuentro catalogado de “alto riesgo”, los Jardines de Piquío, recibieron
esa mañana a cerca de 50 personas entre ambas hinchadas. Su fin no era otro que
pelearse dejando tras de sí una escena lamentable que se añade a la batalla de hace ya algo más
de un mes contra los radicales del Real Oviedo. Con el equipo de la capital asturiana sí que existe una rivalidad histórica y lo vivido en Peña Herbosa en la visita de los que visten de azul a la ciudad santanderina así lo atestigua.
Si a esos dos incidentes se les suma lo sucedido en Eibar, el racinguismo ha sido protagonista (o antagonista) en tres de las primeras ocho jornadas de la competición. Es indudable que esto no deja en buen lugar al club norteño.
Aquella primera tarde de octubre, y debido a los acontecimientos de esa misma mañana, los seguidores del Racing se llevaron la sorpresa de que había presencia policial en El Sardinero para realizar unos controles que, hasta ese momento, no se habían llevado a cabo ni habían hecho falta. Fueron varios los damnificados por esto y algunos no pudieron disfrutar del partido como así lo tenían previsto, puesto que el acceso al recinto les fue denegado.
“A día de hoy, solo hay una persona identificada de todos los que estuvieron implicados en los hechos. La policía continúa trabajando en este suceso y, aunque no hay nada confirmado y la historia no se conoce al completo porque falta confirmación sobre demasiadas cosas, sí que pudo tratarse de una quedada prevista y fijada por ambos grupos”, afirma Marcos Menocal, redactor de El Diario Montañés.
Tras todo esto, desde el Racing se ha optado por no vender entradas para La Gradona, sección de animación del estadio, una medida que ni Menocal ni García-Bermejo ven como “eficaz”. De cualquier modo, en los últimos encuentros del Racing como local no se han tenido que lamentar este tipo de incidentes.