David Robinson es solo uno de los nombres de un reducido grupo de deportistas profesionales y de alto nivel, cuyos trabajos no eran su principal preocupación o interés.
Podríamos decir que en la vida existen una serie de trabajos los cuales todos desde pequeños hemos soñado con ser. Astronauta, policía, músico, bombero, jugador de fútbol, de tenis, de baloncesto, modelo, piloto de avión, de coches, de motos, etc.… Y es que la idealización que se tiene sobre los trabajos reconocidos y lucrativos como en el deporte, la música, el arte o el entretenimiento no siempre son la realidad. No todos los deportistas han tenido siempre claro lo que han querido ser, sino que sus actitudes y aptitudes ayudadas por su físico y su círculo social les han ayudado y dado la oportunidad de conseguir lo que son a día de hoy. Y aunque parezca mentira, el sueño del miembro del salón de la fama de la NBA no era ser jugador de baloncesto, sino militar.
“El baloncesto es sólo algo más que hacer, otra faceta de la vida. Voy a tener éxito en lo que elija gracias a mi preparación. Cuando empieza el partido, el resultado ya está decidido. Nunca pienso en hacer un mal partido porque me he preparado.”


“El almirante” siempre fue un jugador diferente y aislado de los demás, y a diferencia del resto el pívot de Florida no tenía tan claro si quería ser jugador de la NBA. Ya que él quería ser marine tal y como lo fue su padre. Dicho esto David Robinson se alistó en los NAVY tras finalizar el instituto, donde jugo en la NCAA con los marines. Saliéndose en el torneo y aplazando su ingreso en la NBA lo máximo posible, tomó la decisión de presentarse al draft tras los buenos números en la liga. El mítico jugador y leyenda de los Spurs esperó mucho para decidirse, una decisión la cual todos los amantes del baloncesto le agradecemos que tomase.

Emprendedor, estudiante continuo y muy bueno jugador de ajedrez, son solo algunos de los adjetivos que tenía y tiene este gran jugador fuera de la pista. Criado en una familia de militares, David Robinson se pasó toda su vida viajando y cambiando de colegios, compañeros y amigos. Siempre se le inculcaron los valores militares, siendo un gran estudiante y deportista. Aun así, David siempre quiso ser militar, marine concretamente. De hecho estuvo a punto de no poder entrar en la marina, ya que el límite de altura para el alistamiento es de 2,3 m y en su momento medía 2,01 m. El mismo “almirante” ha sido el que ha destacado siempre sus valores, emprendimiento y cultura por encima de sus increíbles capacidades baloncestísticas. Dejando el propio baloncesto por detrás de otras muchas cosas a lo que gustos y preferencias en lo que a su vida se refiere.