El estadio más antiguo de España, contaría con 12.000 metros cuadrados de tiendas, un parking subterráneo de 1.200 plazas y un coste de 300 millones de euros

El presidente del grupo mexicano Orlegi, Alejandro Irarragorri, presentó esta semana en el ayuntamiento de Gijón las claves de la reforma integral del estadio rojiblanco con el objetivo de que sea una de las sedes en el Mundial de España-Portugal-Ucrania.

Durante la reunión telemática acaecida el pasado martes con la alcaldesa de Gijón, Ana Gonzalez, la concejala de urbanismo, Dolores Patón, el arquitecto del proyecto Fernando Sordo Madaleno y representantes de distintos grupos políticos de la ciudad se ha abordado la necesidad de que el estadio cumpla con los requisitos necesarios para acoger el evento internacional.

Una de las obligaciones que el estadio debe asumir de cara a 2030 se encuentra la necesidad de llegar a la cifra de 40.000 localidades exigida por la federación internacional de fútbol a cualquier campo donde tengan lugar los encuentros. Una cifra que El Molinón está muy lejos de alcanzar ya que en la actualidad solo dispone de una capacidad para 30.000 personas.

Aunque, si bien, las sensaciones tanto del ejecutivo como del grupo empresarial son «muy positivas», el proyecto aun se encuentra en una fase embronaria en la que, según la alcaldesa, «no se puede entrar en muchos detalles». A pesar de ello, la reunión ha ayudado a vislumbrar alguno de los aspectos más destacados del proyecto de Orlegi.

Entre las modificaciones previstas se encuentran la construcción de un parking subterráneo de 1.200 plazas de dos plantas frente al estadio, la ampliación de los bajos comerciales del recinto con la construcción de una superficie de 12.000 metros cuadrados en donde dar cabida a más espacios comerciales e inmobiliarios con los que financiar la obra y una gran zona verde donde ahora se encuentra el parking público.

Además, fuentes internas del consistorio aseguran que el estadio será desplazado de su ubicación actual hacia una más cercana al río piles, por lo que es probable que el coliseo rojiblanco pierda el status del campo mas antiguo de España. Ante estos hechos Orlegi señala que buscará «mantener la tradición del estadio y ponerlo a la altura de la actualidad».

Otra de las grandes cuestiones reside en si la titularidad del estadio seguirá siendo municipal, y aunque si bien se hablo de ponerle un apellido de patrocinio al estadio para sufragar los gastos de la obra, todo apunta a que el campo seguirá siendo competencia municipal.

Con respecto a la financiación del proyecto, Orlegi plantea que existen tres formas de financiación. Una es el propio estadio, con el sistema de ‘naming’ antes mencionado, otro la comercialización de los palcos para que «la comunidad también sea partícipe de ello». Y por último, se señala que «habrá algún esfuerzo» por parte del Gobierno Central y el Comité Organizador (FIFA,Gobierno de España, comité organizador, RFEF, etc.), para «lograr un proyecto ambicioso» además de la disposición de «muchos empresarios para invertir en términos hosteleros, comerciales y residenciales».

Por otro lado, Orlegi no ha admitido la cifra que salió a la luz hace unas semanas de 300 millones de presupuesto por «no encontrarse aun avanzadas», aunque tampoco la ha desmentido. Y ante la pregunta, el grupo mexicano hizo hincapié en el impacto positivo que supone no solo para Gijón, sino para toda Asturias, poniendo el ejemplo de Bilbao e incidiendo en que la obra no solo pretende lograr un estadio para el mundial sino también dejar un legado para el futuro.

Por su parte, el presidente de la federación española de fútbol, Luis Rubiales, considera la reforma de El Molinón como «un proyecto muy atractivo». el presidente cifra en 30.000 millones de euros las ganancias que habrian si sale elegida la candidatura iberica y aspira a «que estén representadas la mayor cantidad de comunidades autonomas posibles».

En esta misma linea diversos representantes de las peñas rojiblancas consideran esta remodelación como un cambio «urgente» e incluso «necesario» por las grandes «deficiencias» especialmente en cuestión de limpieza, un interior con importantes desperfectos y numerosos problemas dentro del estadio como las goteras o el césped. Además consideran positivo albergar el mundial por la repercusión que tendrá economicamente para la ciudad.

Aun así, el proyecto también cuenta con voces criticas tanto dentro como fuera del club, sobre todo con respecto a la financiación de este. Por un lado una de las grandes preguntas que se hace la ciudadania no solo gijonesa sino también asturiana es, «¿y quién a pagar?». Y es que, existe una gran reticencia por que la inversión sea exclusivamente pública.

Cabe concluir que hay cierta preocupación sobre las indemnizaciones que tendrán que llevarse a cabo entre los bajos comerciales del estadio durante el tiempo que dure la reforma y la ausencia de un parking público muy relevante para las poblaciones cercanas, que ya han visto menguadas su capacidad de transporte en la ciudad por la eliminación parcial de los carriles aledaños a la playa de San Lorenzo.

Por Felix

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