Vivimos en una época en la que la tecnología, con todas sus bondades, también nos arrastra a un terreno un tanto pantanoso: el de la vanidad. Si Facebook es el espacio donde se celebra la vanidad de los estilos de vida y el ocio, LinkedIn ha emergido como el templo moderno para alimentar la vanidad en el trabajo. Permítanme explicarles mi postura apoyándome en las reflexiones de algunos pensadores que nos han advertido sobre estos riesgos mucho antes de que existieran las redes sociales.
El narcisismo digital y la superficialidad
Comencemos con la idea del “narcisismo digital”. Jean Baudrillard, filósofo francés conocido por sus teorías sobre la hiperrealidad y el simulacro, nos invita a reflexionar sobre cómo en el mundo moderno, la representación se ha vuelto más importante que la realidad misma. En el contexto de las redes sociales, Facebook y LinkedIn funcionan como escenarios donde las personas representan sus vidas, sus éxitos y sus deseos. Baudrillard diría que en estos espacios no estamos viviendo auténticamente; estamos, más bien, atrapados en un simulacro de éxito y felicidad que se alimenta de la validación de los demás.
No es que me oponga al progreso o a la tecnología, pero ¿de verdad quiero contribuir a este ciclo interminable de superficialidad? LinkedIn, bajo la apariencia de profesionalismo y “networking”, no es tan diferente de Facebook. Aquí, las sonrisas perfectas y las fotos de vacaciones son reemplazadas por títulos rimbombantes y logros sobreestimados. Todo parece ser una fachada cuidadosamente construida para mostrar cuánto hemos “triunfado”. Pero al final del día, ¿qué tanto de eso es real y cuánto es un simulacro, una ilusión?
La competencia infinita y la alienación del ser
El filósofo surcoreano Byung-Chul Han ha señalado que vivimos en una sociedad del rendimiento, donde el valor de cada persona se mide por su productividad y éxito. En LinkedIn, esta filosofía está a la vista de todos. La plataforma fomenta la autoexplotación y nos impulsa a competir constantemente, como si cada nuevo “endorsement” o recomendación fuera una pequeña medalla que aumenta nuestro valor como profesionales. Pero al entrar en este juego, nos alienamos de nosotros mismos y perdemos la esencia de nuestro ser. Nos convertimos en “proyectos” siempre en construcción, incapaces de hallar satisfacción porque siempre hay algo más que demostrar.
Por eso, prefiero quedarme al margen. No necesito demostrar mi valía en una plataforma que, a mi juicio, perpetúa una versión reduccionista de lo que significa ser exitoso. En lugar de un currículum lleno de experiencias “perfectas”, me gustaría más una vida llena de experiencias auténticas, con aciertos y fracasos por igual.
La aprobación constante y la falacia del reconocimiento
A lo largo de la historia, los filósofos han discutido la necesidad humana de reconocimiento. Georg Wilhelm Friedrich Hegel, por ejemplo, hablaba del “deseo de ser deseado”, que en términos modernos podríamos traducir como la necesidad de ser reconocido y aprobado por los demás. Esta búsqueda de reconocimiento puede ser sana, pero en las redes sociales, se transforma en una suerte de competencia incesante por ver quién consigue más “me gusta”, comentarios o conexiones. Y, para ser honesto, estoy cansado de esta carrera.
Facebook y LinkedIn, aunque con propósitos aparentemente diferentes, son las dos caras de la misma moneda: plataformas que alimentan nuestra necesidad de ser reconocidos, ya sea por nuestro estilo de vida o por nuestra carrera profesional. Al final del día, ambas redes son parte de un engranaje mayor que sostiene esta falacia del reconocimiento, donde siempre es más importante la apariencia que la esencia.
El Ego y la pérdida de autenticidad
Finalmente, quiero traer a colación a Friedrich Nietzsche, quien nos habló de la voluntad de poder y de cómo las personas tienden a construir narrativas sobre sí mismas para sentirse superiores. En LinkedIn, esta construcción es evidente. Todo el mundo es un “líder”, un “emprendedor” o un “visionario”. Se vende una imagen de perfección, de éxito ininterrumpido y de crecimiento constante. Sin embargo, Nietzsche también nos advirtió sobre la pérdida de autenticidad cuando el ego domina nuestras acciones. No quiero que mi vida profesional se reduzca a un perfil optimizado para impresionar a otros; quiero ser auténtico, y esa autenticidad rara vez encaja en los moldes que estas plataformas nos imponen.
Quizás, en lugar de alimentar nuestros egos y participar en esta competencia sin fin, podríamos comenzar a usar la tecnología de una manera más reflexiva. En un mundo donde todo se trata de mostrar y aparentar, tal vez la verdadera revolución consista en ser, simplemente, nosotros mismos.
If LinkedIn was real life 🤣 pic.twitter.com/1VORUmcAdO
— ALEX (@ajtourville) October 6, 2024
Obras Literarias
- Baudrillard, J. (1994). Simulacra and Simulation. University of Michigan Press.
- Esta obra de Jean Baudrillard es fundamental para entender la idea del simulacro y la hiperrealidad, donde la representación se vuelve más importante que la realidad misma. Es aplicable a la reflexión sobre cómo las redes sociales crean realidades ficticias de éxito y felicidad.
- Han, B.-C. (2015). La sociedad del cansancio [The Burnout Society]. Herder Editorial.
- Byung-Chul Han analiza cómo la sociedad contemporánea promueve la autoexplotación y la competición infinita, conceptos aplicables a la dinámica de las redes profesionales como LinkedIn.
- Hegel, G. W. F. (1977). Phenomenology of Spirit. Oxford University Press.
- Hegel introduce la noción del “deseo de ser deseado” y el reconocimiento mutuo, relevante para entender la búsqueda constante de aprobación en redes sociales.
- Nietzsche, F. (2006). Más allá del bien y del mal [Beyond Good and Evil]. Alianza Editorial.
- Friedrich Nietzsche analiza la construcción del ego y cómo la búsqueda de poder y reconocimiento puede llevar a la pérdida de autenticidad, algo que puede relacionarse con el comportamiento en plataformas como LinkedIn.
Discos de Rock-Metal
- Metallica. (1988). …And Justice for All [Album]. Elektra Records.
- Este álbum aborda temas de injusticia, poder y alienación, lo que puede conectar con la crítica al sistema de rendimiento y competencia en el ámbito laboral y profesional.
- Pink Floyd. (1979). The Wall [Album]. Columbia Records.
- Un álbum conceptual que explora la alienación, la identidad y las construcciones sociales, temas que son pertinentes al debate sobre la autenticidad y el ego en la era digital.
- Megadeth. (1990). Rust in Peace [Album]. Capitol Records.
- Este álbum de thrash metal toca temas sobre el poder, la corrupción y la guerra, pero también refleja el ansia humana de control y dominación, aplicable a la crítica del ego inflado en redes profesionales.
- Rage Against the Machine. (1992). Rage Against the Machine [Album]. Epic Records.
- Aunque más cercano al rap metal, este álbum aborda la rebelión contra las estructuras de poder y autoridad, algo que puede relacionarse con la resistencia a la conformidad en las redes sociales y la lucha por la autenticidad.
- Iron Maiden. (1984). Powerslave [Album]. EMI Records.
- Explora temas de poder, mitología y muerte, y aunque no trata directamente sobre las redes sociales, su crítica a los sistemas de poder es aplicable a la conversación sobre el ego y la vanidad.