La industria del deporte, una oportunidad para las ‘startups’

Cada vez resulta menos sorprendente leer en los medios que iconos del mundo del fútbol apuestan por invertir en empresas emergentes de base tecnológica relacionadas con el mundo del deporte. A los Piqué, Iniesta, Ramos o Arbeloa, se une la leyenda del fútbol sueco, Zlatan Ibrahimovic, que anunció recientemente la compra de una parte sustanciosa de la empresa de esports, Callengemode. Esta Startup escandinava es finalista de la StarCup 2018, competiciónque se celebrará en Madrid durante el congreso internacional World Football Summint el próximo 24 y 25 de septiembre.

Indudablemente, se puede afirmar que el auge de la industria del deporte es un fenómeno global, cuyo mercado se está transformando, y en donde se presentan oportunidades para la inversión privada, la cooperación entre instituciones o para la introducción de nuevos modelos de negocio o de distribución de contenido a escala global. Los grandes nombres del fútbol mundial son conscientes de esta oportunidad y que pueden aportar experiencia y conocimientos a los proyectos mientras aprovechan su imagen personal para fomentar la difusión de la marca. 

Por tercer año consecutivo, el Global Sports Innovation Center, GSIC, impulsado por Microsoft colabora con el World Football Summit para llevar a cabo la competición de startups de base tecnológica con aplicabilidad en el mundo del deporte. Estas empresas, sueñan en convertirse en las herederas de la chispa disruptiva de sus predecesoras como Facebook, Google o Amazon. Este año 118 empresas han aplicado para participar en el concurso, lo que supone un crecimiento de casi el 35% respecto al año anterior. Del mismo modo, cada vez aplican un mayor número de empresas internacionales. Entre los 7 finalistas tenemos empresas especializadas en en plataformas digitales, instalaciones inteligentes, fan engagement, medios y derechos o generación de patrocinios.

Desde la invención del microchip en California en 1971, La disrupción tecnológica y la rápida propagación de usuarios a Internet, han sido determinantes en el campo de la industria del deporte, se evidencia el efecto que la tecnología posee como principal motor de innovación en este sector.  Por ejemplo, en la distribución de contenidos online, realidad virtual y aumentada, retransmisiones de eventos, aplicaciones para el rendimiento deportivo mediante Big Data o la inteligencia artificial al servicio de la atención al cliente.

LA NECESIDAD DE INNOVAR

En consecuencia, y relacionado con el fenómeno de la innovación, explica el destacado economista Schumpeter, que los mercados, de cuando en cuando, sufren transformaciones integrales, fenómeno éste conocido como destrucción creativa dondelas empresas que no se adaptan a los cambios que producen las tecnologías están abocadas a la desaparición. Por lo tanto, la industria del deporte no puede alejarse de los avances del entorno tecnológico, ni de las demandas del contexto global. 

La aparición de los estudios sobre los paradigmas tecno-económicos de Carlota Pérez (2009), encajan sobremanera con la industria del deporte, que también se ve permeada por los eventos que se describen a continuación: “Una revolución tecnológica puede ser definida como un poderoso y visible conjunto de tecnologías, productos e industrias nuevas y dinámicas, capaces de sacudir los cimientos de la economía y de impulsar una oleada de desarrollo de largo plazo”.  En el caso que nos ocupa, la constelación de innovaciones ha despertado el interés de los clubes profesionales, de las Ligas, de las Federaciones, es decir, de todo el ecosistema-fútbol del que todos estamos familiarizados, de una u otra manera.

No en vano, es importante señalar que los clubes profesionales, aun siendo marcas globales y dotadas de especial reconocimiento social, solo aportan una pequeña porción a la industria en términos económicos. De hecho, un único supermecado Tesco en Inglaterra genera más beneficios anuales que el Manchester United (Soccernomics, 2014).

En una entrevista reciente, el candidato a la presidencia del F.C Barcelona, Víctor Font, afirmaba: “En los últimos diez años no hemos innovado. Los clubes de fútbol no se han gestionado de forma profesional y hay otros actores como Ligas, Federaciones o grandes multinacionales que se llevan gran parte del valor que generan los clubes. No queremos facturar 600 o 700 millones, sino mucho más. Hay que eliminar intermediarios”. En esta línea, los autores del referenciado (a la par que criticado) libro Soccernomics, Simon Kuper y Stefan Szymanky advierten que al fin y al cabo los clubes no generan suficientes ingresos anuales, dado la deuda de los clubes que en muchos casos equivale a su presupuesto anual.

No es descabellado pensar que las Startups puedan consolidarse como un elemento clave para el apoyo de clubes en la búsqueda de soluciones originales y a un coste inicial razonable, que también pueda ser asumible para los inversores, y como resultado, no produzcan un desajuste en los balances de ingresos y gastos.  Lejos de apostar por fichajes de  dentro de una burbuja actual inasumible, la innovación siempre se explica en la economía clásica como un elemento clave del desarrollo. 

De la tecnología digital ha emanado un mercado líquido, moldeable, que evoluciona y transita a través de las redes a gran velocidad.  Por añadidura, el deporte en general y el fútbol en particular, utilizan un lenguaje común, un único vehículo que comparte los mismos principios y valores, lo que produce una expansión y una adaptabilidad en el mercado mayor que cualquier otro deporte. La virtud “deporte rey” sea quizá también su sencillez para practicarlo. El fenómeno de las actuales Startups, que son nietas de aquella tecnología disruptiva que cambió el mundo a partir de la década de 1970, muestran las mismas inquietudes y la misma frescura a la hora de proveer con soluciones originales que sus antecesoras IBM, HP o INTEL. 

Para finalizar, el estudio la Queensland Academy of Sport, sobre el impacto de la tecnología en el rendimiento deportivo de élite (The impact of technology on elite sports performance), concluye que no hay duda de que la tecnología tiene y seguirá teniendo un impacto en el deporte, pero recuerda, que ante la proliferación gadgets, widgets y aplicaciones que están disponibles en el mercado  en la actualidad y que proliferan a un ritmo elevado, resulta fácil quedar obnuvilado por este flujo continuo de novedades tecnológicas. Como resultado, no se tiene en cuenta si estas tecnologías son realmente prácticas y efectivas. Por este motivo, se recomienda que exista un diálogo, una comunicación fluida entre los científicos, emprendedores,  entrenadores, directivos y deportistas para poder utilizar y comprender adecuadamente las  tecnologías aplicadas al deporte y no caer en la urgencia y en la precipitación. Por ello, la celebración del World Football Summit es un encuentro óptimo para consolidar el entendimiento de todos los actores de la industria y contribuir con el crecimiento económico, el empleo y la innovación.


Artículo está disponible en la página del World Football Summint vía este enlace

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